Septiembre
de 2012
He
hecho varios tipos de trabajo a lo largo de los años, pero no sé de otros tan
contra-intuitivos como lainversión en nuevas
empresas.
Las
dos cosas más importantes para entender sobre la inversión en nuevas empresas,
como un negocio, son (1) que efectivamente todos los beneficios se concentran
en unos pocos grandes ganadores, y (2) que las mejores ideas se ven
inicialmente como malas ideas.
La
primera regla la conocía intelectualmente, pero realmente no la comprendí hasta
que nos pasó a nosotros. El valor total de las empresas que hemos financiado es
alrededor de 10 mil millones de dólares, un poco más o un poco menos. Sin
embargo, sólo dos empresas, Dropbox y Airbnb, representan alrededor de tres
cuartas partes de esto.
En
las nuevas empresas, los grandes ganadores son grandes en un grado que viola
nuestras expectativas acerca de la variación. No sé si estas expectativas son
innatas o aprendidas, pero cualquiera que sea la causa, simplemente no estamos
preparados para la variación en 1.000 veces los resultados que uno encuentra en
la inversión en nuevas empresas.
Eso
produce todo tipo de consecuencias extrañas. Por ejemplo, en términos puramente
financieros, es probable que al menos una empresa en cada lote de YC tenga un
efecto significativo en nuestros ingresos, y el resto son sólo el costo de
hacer negocios. [1] En realidad no he asimilado este hecho, en parte porque es muy
contra-intuitivo, y en parte porque no estamos haciendo esto sólo por razones
financieras; YC sería un lugar muy solitario si sólo tuviéramos una empresa por
lote. Y sin embargo es cierto.
Para
tener éxito en un dominio que infringe tus intuiciones, tienes que ser capaz de
apagarlas como lo hace un piloto al volar a través de las nubes. [2] Tienes que
hacer lo que intelectualmente sabes es correcto, a pesar de que parezca
equivocado.
Es
una batalla constante para nosotros. Es difícil hacernos tomar suficientes
riesgos. Cuando entrevistas una nueva empresa y piensas "parece probable
que tengan éxito", es difícil no financiarlos. Y sin embargo, por lo menos
financieramente, sólo hay un tipo de éxito: ellos van a ser uno de los
ganadores realmente grandes o no, y si no, no importa si los financias, porque
incluso si tienen éxito los efectos en los rendimientos serán insignificantes.
El mismo día de las entrevistas tal vez encuentres algunos chicos inteligentes
de 19 años de edad, quienes aún no están seguros en qué quieren trabajar. Sus
posibilidades de éxito parecen pequeñas. Pero de nuevo, no son sus
posibilidades de tener éxito lo que importan, sino sus posibilidades de tener
un éxito realmente grande. La probabilidad de que cualquier grupo tenga éxito
realmente grande es microscópicamente pequeña, pero la probabilidad de esos
chicos de 19 años puede ser más alta que la del otro, protegiendo al grupo.
La
probabilidad de que una empresa nueva se haga grande, no es simplemente una
fracción constante de la probabilidad de que tengan éxito en absoluto. Si así
fuera, podrías financiar a todo el que pareciera fuera a tener éxito por
completo, y obtendrías de esa fracción grandes éxitos. Desafortunadamente
elegir ganadores es más difícil que eso. Tienes que ignorar al elefante delante
de ti, la probabilidad de que van a tener éxito, y centrarse en la cuestión
distinta, casi invisible e intangible de si van a tener un éxito realmente
grande.
Mas
Difícil
Se
hace más difícil por el hecho de que las mejores ideas para nuevas empresas
parecen a primera vista como malas ideas. He escrito sobre esto antes: si una
buena idea fuera obviamente buena, alguien ya lo habría hecho. Así que los
financiadores más exitosos tienden a trabajar en ideas que pocos al lado de
ellos notan que son buenas. Lo que no está muy lejos de la descripción de la
locura, hasta que llegas al punto donde se ven los resultados.
La
primera vez que Peter Thiel habló en YC dibujó un diagrama de Venn que ilustra
la situación perfectamente. Él dibujó dos círculos interceptados, un etiquetado
"parece una mala idea" y el otro "es una buena idea". La
intersección es el punto ideal para las nuevas empresas.
Este
concepto es muy simple y sin embargo, verlo en un diagrama de Venn es
iluminador. Te recuerda que hay una intersección –que hay ideas buenas que
parecen malas. También te recuerda que la gran mayoría de las ideas que parecen
malas son malas.
El
hecho de que las mejores ideas parecen malas ideas, hace aún más difícil
reconocer los grandes ganadores. Esto significa que la probabilidad de que una
nueva empresa sea muy grande, no es simplemente una fracción constante de la
probabilidad de que va a tener éxito; sino que las nuevas empresas con una alta
probabilidad de la primera, parecieran tener una probabilidad
desproporcionadamente baja de la segunda.
La
historia tiende a ser re-escrita por los grandes éxitos, por lo que en
retrospectiva, parecía obvio que iban a ser grandes. Por esa razón, uno de mis
recuerdos más valiosos es cómo sonaba de tonto Facebook para mí cuando escuché
por primera vez sobre el tema ¿Un sitio para que estudiantes universitarios
pierdan el tiempo? Me pareció la idea mala perfecta: un sitio (1) para un nicho
de mercado (2), sin dinero (3) para hacer algo que no tenía importancia.
Uno
podría haber descrito a Microsoft y Apple en los mismos términos. [3]
Más
Difícil Aún
Espera,
se pone peor. No sólo tienes que resolver este problema difícil, sino que
también debes hacerlo sin ningún indicio de estar teniendo éxito. Cuando eliges
a un gran ganador, no lo sabes por dos años.
Mientras
tanto, lo único que puedes medir es una peligrosa desorientación. Lo único que
se puede rastrear con precisión es qué tan bien las nuevas empresas en cada
lote, recaudan fondos en después del Día de Demostraciones. Pero sabemos que
esa la métrica equivocada. No hay correlación entre el porcentaje de nuevas empresas
que recaudan dinero, y la métrica que sí importa financieramente, si ese lote
de nuevas empresas contiene un gran ganador o no.
Excepto
una inversa. Esa es la cosa miedosa: la recaudación de fondos no solo es una
medida inútil, sino también engañosa positivamente. Estamos en un negocio en el
que tenemos que elegir valores poco prometedores, y la enorme escala de éxitos
significa que podemos darnos el lujo de abrir nuestra red ampliamente. Los
grandes ganadores pueden generar retornos por 10.000 veces. Eso significa que
por cada ganador grande podemos elegir mil empresas que no generan retorno y
aún así terminar con 10x de retorno.
Si
alguna vez llegamos al punto donde el 100% de las nuevas empresas que
financiamos fueran capaces de recaudar dinero después del Día de Demostración,
querría decir con casi seguridad que nos hemos vuelto demasiado conservadores.
[4]
Se
necesita un esfuerzo consciente para tampoco no hacer eso. Después de 15 ciclos
de preparar nuevas empresas para los inversionistas y luego ver cómo lo hacen,
ahora puedo mirar a un grupo que estamos entrevistando a través de los ojos de
los inversores del Día de Demostración. ¡Pero esos son los ojos equivocados a
través de los cuales mirar!
Podemos
permitirnos tomar por lo menos 10 veces más riesgo que los inversores del Día
de Demostración. Y puesto que el riesgo suele ser proporcional a la recompensa,
si puedes permitirte tomar más riesgo, deberías hacerlo. ¿Qué significaría para
tomar 10 veces más riesgo que los inversionistas del Día de Demostración?
Tendríamos que estar dispuestos a financiar 10 veces más nuevas empresas de lo
que ellos lo harían. Lo que significa que, incluso si somos generosos con
nosotros mismos y asumimos que YC puede en promedio triplicar el valor esperado
de una nueva empresa, estaríamos tomando la cantidad adecuada de riesgo si sólo
el 30% de las nuevas empresas fueran capaces de recaudar fondos significativos
después del Día de Demostración.
No
sé qué fracción de ellas actualmente recaudan más después del Día de
Demostración. Deliberadamente evito calcular esa cifra, porque si empiezas a
medir algo empiezas a optimizarlo, y sé que es lo peor a optimizar. [5] Pero el
porcentaje ciertamente está muy por encima del 30%. Y francamente, la idea de
una tasa de éxito del 30% en la recaudación de fondos me hace un nudo en el
estómago. Un Día de Demostración donde sólo el 30% de las nuevas empresas
fueran financiables sería un desastre. Todo el mundo estaría de acuerdo en que
YC habría estado en el momento oportuno. Nosotros mismos sentiríamos que YC
hubiera aparecido estado en el momento indicado. Y sin embargo, todos
estaríamos equivocados.
Para
bien o para mal nunca va a ser más que un experimento mental. Nunca pudimos
soportarlo. ¿Qué tal eso por contra-intuitivo? Puedo exponer lo que sé es lo
correcto hacer, y sin embargo no hacerlo. Puedo hacer todo tipo de
justificaciones plausibles. Podría lastimar la marca YC (por lo menos entre el
analfabeto numérico), si invertimos en un gran número de nuevas empresas arriesgadas,
todo se acabaría. Podría diluir el valor de la red de ex-alumnos. Tal vez lo
más convincente, sería desmoralizante para nosotros estar todo el tiempo en el
fracaso. Pero sé que la verdadera razón por la que somos tan conservadores es
que no hemos asimilado el hecho de la variación en los rendimientos es por
1.000 veces.
Probablemente
nosotros nunca seamos capaces de llevarnos a asumir riesgos proporcionales a
las ganancias en este negocio. Lo mejor que podemos esperar es que cuando
entrevistemos a un grupo y nos veamos pensando "parecen con buenos
fundamentos, pero ¿qué van a pensar los inversores de esta idea loca?"
Vamos a seguir siendo capaces de decir "¿a quién le importa lo que piensen
los inversores?" Eso fue lo que pensamos en Airbnb, y si queremos
financiar más Airbnbs nos tenemos seguir pensando así.
Notas
[1]
No estoy diciendo que los grandes ganadores es lo único que importa, sólo que
ellos son lo único que importan financieramente para los inversores. Puesto que
en YC no estamos principalmente por razones financieras, los grandes ganadores
no son lo único que nos importa. Por ejemplo, estamos encantados de haber
financiado Reddit. A pesar de que hicimos relativamente poco de ella, Reddit ha
tenido un gran efecto en el mundo, y nos presentó a Steve Huffman y Alexis
Ohanian, quienes se han convertido en buenos amigos.
Tampoco
presionamos a los financiadores para tratar de convertirse en uno de los
grandes ganadores si no lo desea. Nosotros tampoco hicimos mucho esfuerzo por
nuestra propia empresa nueva (Viaweb, que fue adquirida por US$50 millones), y
se vería bastante falso presionar a los inversionistas a hacer algo que
nosotros no hicimos. Nuestra regla es que depende de los inversionistas.
Algunos quieren dominar el mundo, y otros sólo quieren sus primeros millones.
Pero invertimos en tantas empresas que no tenemos que esforzarnos por cualquier
resultado. De hecho, no tenemos que preocuparnos por si las nuevas empresas
solo tienen gastos. Las mayores salidas son las únicas que importan
financieramente, y aquellas están garantizadas en el sentido de que si una
empresa se convierte en lo suficientemente grande, inevitablemente surgirá un
mercado para sus acciones. Dado que los gastos restantes no tienen un efecto
significativo en los retornos, está bien para nosotros si los financiadores
quieren vender temprano una pequeña cantidad, o crecen lentamente y nunca
vender (es decir, convertirse en el llamado estilo de vida de negocios), o
incluso cerrar la empresa. Algunas veces nos decepcionamos cuando a una nueva
empresa en la que teníamos grandes esperanzas no le va bien, pero esta
decepción es en su mayoría del tipo normal que alguien siente cuando pasa eso.
[2]
Sin señales visuales (por ejemplo, el horizonte) no puedes distinguir entre la
gravedad y la aceleración. Lo que significa que si estás volando a través de
las nubes no puedes decir cuál es la dinámica de la aeronave. Podrías sentir
como si estuvieras volando recto y nivelado, y en realidad estás en una espiral
descendente. La solución es hacer caso omiso a lo que tu cuerpo te está
diciendo y escuchar sólo a tus instrumentos. Pero resulta muy difícil ignorar
lo que tu cuerpo te está diciendo. Todo piloto sabe de este problema y sin
embargo sigue siendo una de las principales causas de los accidentes.
[3]
Aunque no todos los grandes éxitos siguen este patrón. La razón por la que
Google parecía una mala idea, era que ya había un montón de motores de búsqueda
y no parecía haber lugar para otro.
[4]
El éxito de una nueva empresa en la recaudación de fondos es una función de dos
cosas: lo que están vendiendo y lo buenos que son vendiéndolo. Y si bien
podemos enseñar a las nuevas empresas mucho sobre cómo atraer a los inversores,
incluso el tono más convincente no puede vender una idea que a los inversores
no les gusta. Sinceramente me preocupaba que Airbnb, por ejemplo, no fuera
capaz de recaudar dinero después del Día de Demostración. No pude convencer a
Fred Wilson de financiarlos. Podrían haber no recaudado dinero en absoluto,
sino fuera por la coincidencia de que Greg McAdoo, nuestro contacto en Sequoia,
era uno de los pocos Inversionistas de Riesgo que entendían el negocio del
alquiler de vacaciones, después de haber pasado gran parte de los últimos dos
años investigando sobre él.
[5]
Lo calculé una vez para la última tanda, antes de que un consorcio de
inversores comenzaran a ofrecer inversiones automáticamente a cada nueva
empresa que financiamos, verano de 2010. En su momento, fue del 94% (33 de 35
empresas que trataron de recaudar dinero lo lograron, y una no lo intentó
porque ya era rentable). Es de suponer que es menor ahora debido a que la
inversión, en los viejos tiempos era recaudar después del Día de Demostración o
morir.
Gracias
a Sam Altman, Paul Buchheit, Patrick Collison, Livingston Jessica, Geoff
Ralston, y Harj Taggar por leer los borradores de esto.
Original source: http://www.paulgraham.com/ swan.html